viernes, 19 de enero de 2007

Cae la lluvia lentamente
bañando las calles de la ciudad en penumbra
pasaron los minutos con especial parsimonia
el Sol aun adormitado
brindaba sus primeras centellas de luz
que iban desapareciendo la humedad de las calles
sin embargo, las sábanas de la cama continuaban frías

Al despertar el cuadro era singular
ropa tirada en la habitación, sabanas en el piso
botellas de vino vacías, espejos empañados,
Y tu silueta dibujada por los aun perezosos rayos de sol
se veía en el balcón
entre el humo de tu primer Cigarro del día

Terminaste tu cigarro
bebiste una tasa de café Negro, espeso con mucha azúcar, tu preferido,
te acercaste a la cama, me diste un beso en la frente
y sin decir adiós, te fuiste.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Why? lord Why?
tell me why?

Mercedes dijo...

nos vestimos de cotidianidad y respiramos costumbre....
saludos....

Laura dijo...

beso sin adios, regreso sin aviso.

abrazos

CRITICA 33 dijo...

que cagada, no te dice adios y te da un beso con sabor a cigarro jajjaja.

Muy buena vida para vos.

CAVA dijo...

PUES QUE MANCHADITO, COMO DECIMOS ACA EN MI TIERRA.

BESOS.

Anónimo dijo...

El alba no sucede
sus ojos aún cerrados
precioso dormir
umbral de la ilusión.
Un café para despertar completo. Un cigarro para meditar.
Se piensa en un beso colocado en letargo (gracias por dejarlo guardado).
Se parte a lo diurno
en dirección a los laberintos de la sociedad,
en la almohada una nota:

“No se pronuncia adiós, es tan sólo un viaje a la ausencia. Hasta pronto…”